Por más que Melella repita públicamente en cuanto micrófono se le cruza que no esta pensando en ser candidato a la gobernación, la realidad muestra exactamente lo contrario. En ese escenario hay que inscribir la aparición del polémico dirigente gremial Horacio Catena, que más allá de su destierro del Estado provincial y del propio SUTEF, se las ingenia para permanecer en la palestra.

Condenado por la Justicia y exonerado por el Gobierno, Horacio Catena buscó recluirse políticamente bajo el ala del Intendente de Río Grande, allí se comenzó a gestar la idea de avanzar sobre los “Bachillerato Populares” una suerte de secundarios para adultos que no cuenta con autorización oficial del Misterio de Educación tanto de la Nación como de la provincia.

Reaparecer como dirigente gremial, aunque sea de la mano de la CTA Autónoma y al mismo tiempo encontrar cobijo a su proyecto de “Bachillerato Populares” es para el dirigente gremial su objetivo primordial, mientras que para Mellela significa abrir una nueva vía de confrontación con el gobierno de Bertone.

Es por eso que el propio Intendente salió públicamente a bancar el proyecto de los bachilleratos, Melella sabe que el proyecto educativo va a naufragar por falta de autorización oficial o en el mejor de los casos los que cursen estos bachilleratos tendrán una certificación sin validez.

Pero eso no es lo que más le preocupa al Intendente. Lamentablemente la preocupación no pasa por la oferta educativa. La verdad es que Horacio Catena le aseguró a Melella un número importante de “alumnos” y la realidad muestra algo muy diferente, más allá de los esfuerzos del SUTEF por inflar un número que no es.

De todos modos, lejos de ocuparse de la cuestión educativa, los “bachilleratos populares” son la punta de lanza para el regreso de Catena a las arenas locales, un lugar donde fue expulsado por su propia torpeza.

Lo cierto es que la discusión de estos bachilleratos es funcional al propósito político de Melella que no es otro que la confrontación permanente con el gobierno provincial.

Otro hecho de estas características se vivió la semana pasada en el Concejo deliberante, donde un “experto” en el estudio de este sistema electoral enviado por el CONICET y pagado con las arcas del Municipio de Río grande, aterrizó en el Concejo para desasnar a los ediles fieles al municipio. Allí solo se escuchó críticas al gobierno provincial por la reforma política que se impulsa en la legislatura provincial, un escenario a medida de las pretensiones del Intendente.