Río Grande.- Los jueces Juan José Varela, Daniel Borrone y Eduardo López consideraron el crimen doblemente agravado por el vínculo y por haberse dado en un contexto de violencia de género.

Antes de conocerse la sentencia, Núñez negó haber asesinado a su esposa y ensayó una excusa descabellada. El acusado dijo que había sido víctima de la mafia y apuntó a sectores de la policía como responsables del crimen. De acuerdo a su testimonio, su esposa tenía una relación sentimental con un oficial de la fuerza y denunció que el hijo que esperaba era de ese efectivo. La prueba de ADN demostró que el padre era Núñez.

El acusado dijo además que le "plantaron" la pierna de su esposa, encontrada debajo de la cama, en su casa. Sin embargo, el abogado defensor, Gustavo Arisnabarreta, se mostró sorprendido por esas declaraciones y señaló que "las últimas palabras no son pruebas".

La semana pasada, Arisnabarreta reconoció que no encontró "cómo explicar qué hacía una pierna de la víctima debajo de la cama del acusado". Después añadió: "Mucho menos podía explicar cómo su propio hijo pudo declarar que vio el momento en que su papá lastimaba a su mamá en el baño".

"El absurdo no se puede justificar", dijo el abogado

Una situación inédita se vivió durante el juicio oral contra Aldo Núñez, acusado de matar y descuartizar a su exmujer embarazada hace un año en Tierra del Fuego, cuando su abogado admitió ante el tribunal que ya no tenía argumentos para defenderlo.

Después de una larguísima trayectoria Gustavo Ariznabarreta tuvo que reconocer que no encontró "cómo explicar qué hacía una pierna de la víctima debajo de la cama de mi defendido".

También le faltaron razones para justificar la existencia de dos pares de guantes usados por él, que estaban en la escena del crimen empapados en sangre y uno de ellos con ADN de Núñez. Todas las pruebas eran demasiado contundentes pero lo que terminó de cerrar el círculo definitivamente fue el testimonio del hijo de cinco años del acusado.

"Mucho menos podía explicar cómo su propio hijo pudo declarar que vio el momento en que su papá lastimaba a su mamá en el baño", dijo Ariznabarreta a Télam y manifestó que espera que no le pase nunca más.

La imputación que pesa sobre Núñez es por el delito de "homicidio doblemente agravado", por haber sido cometido con alevosía. Tanto la fiscalía como la querella coincidieron en solicitar una pena de prisión perpetua para el acusado, que sólo se declaró inocente ante la prensa en el momento del hecho. Nunca más quiso declarar.

Pero todos los testigos que pasaron por el juicio fueron resquebrajando cada uno un poco más esa posibilidad de inocencia, hasta que tuvo que admitirlo la propia defensa. "El absurdo no se puede justificar. Como defensor no puedo salir a decir cualquier pavada", afirmó el abogado.

Nilda Mabel Núñez tenía 25 años y estaba embarazada de cinco meses. Estuvo desaparecida durante 12 días hasta que sus restos aparecieron, por partes, debajo de una cama y adentro de una valija en un terreno baldío, cerca de su casa.

Hacía tres meses que estaba separada de su pareja, después de haber sido víctima de violencia de género, y vivía sola con sus dos hijos de 1 y 5 años.