El fiscal  Jorge López Oribe consideró el móvil del ataque en que se diera a conocer la relación intima que mantenían la víctima y su primo, el imputado Dylan Blanco, autor del ataque.

Sobre Blanco hay abundante prueba como el testimonio de la víctima, huellas de calzado, la ropa lavada con sangre de la víctima, el cuchillo hallado correspondía a su domicilio y las lesiones que presentaba en sus manos.

En cuanto a la imputada Mia Villanueva ideó y gestionó la convocatoria y asistió a Dylan cercando a la víctima, ya que Ortigoza sintió sus pasos y se veía cercado. Además lo alentaba y alumbraba con su celular durante la agresión.

Está acreditado por diversos testimonios la «animosidad» de ambos imputados a la víctima al que habían buscado ya en días anteriores para agredirlo. Mía era quien convocó a Lautaro usando un Instagram de un tercero a modo de engaño, por lo que consideró el fiscal que tenía «la obligación» de evitar que cesara la agresión de Dylan ya que ella lo puso en esa situación de riesgo y «ella puso en la cabeza de Dylan el odio hacia la víctima».

«Es una mentirosa y una manipuladora», expresó respecto de su indagatoria «implantó la semilla del odio en Dylan y Sebastian -el joven que prestó su cuenta de Instagram-» por lo que la consideró principal responsable del hecho y rechazó su versión en la indagatoria.

Tras el ataque el fiscal señaló que ambos imputados creyeron muerto a Lautaro y por ello lo descartaron en un pozo dentro de las ruinas, «solo la desconfianza del joven mandando un mensaje y el heroico accionar policial le salvaron la vida….solo por eso Lautaro sigue vivo, por su juventud y su voluntad propia de su difícil vida».

Estuvo más de una hora colgado de un hierro cabeza abajo, desangrándose y con hipotermia.

Mañana jueves alegarán los defensores.