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Un misil iraní impactó en un hospital del sur de Israel, el más grande del sur del país
Tras un nuevo ataque perpetrado por Irán, misiles lanzados por Teherán alcanzaron al principal hospital del sur de Israel. Se trata del Hospital Soroka, ubicado en la ciudad de Beershebá, que sufrió graves daños tras el impacto que logró vulnerar la "cúpula de hierro". Por el momento, el saldo es de al menos 6 personas gravemente heridas.
Irán disparó una andanada de unos 30 misiles balísticos en la madrugada del jueves, que lograron impactar directamente en el principal hospital del sur de Israel, sumado a otros que cayeron en las ciudades de Holon y Ramat Gan. Los cohetes dejaron un saldo de decenas de personas heridas, de las cuales -como señalamos- 6 están muy graves. Además, otras 18 resultaron con heridas leves al conseguir protegerse en refugios antiaéreos.
La primera respuesta de este ataque fue política. El ministro de defensa israelí, Benny Gantz, dijo que el ataque se inscribe directamente como un "crimen de guerra" por haber tenido como blanco a un hospital. Es la misma acusación que se hizo reiteradamente contra Israel por los ataques reiterados que cayeron sobre hospitales en toda la franja de Gaza. El ministro Gantz incluso, comparó al gobierno fundamentalista de Irán con el nazismo.
El impacto de misiles Iraníes sobre un hospital iraní
Irán se anota estos momentos golpes de un profundo impacto psicológico. Israel dice que tiene controlado o ha diezmado significativamente la capacidad militar para lanzar cohetes sobre su territorio desde Irán. Sin embargo, la andanada de misiles que renueva cada día logra, con algunos de ellos, penetrar el escudo de defensa.
En esa estrategia, llegar a golpear y dañar el hospital Soroka es un golpe de gran impacto. Los israelíes ven en su país imágenes similares a las que durante meses llegaron desde la Franja de Gaza: centros de salud destruidos por misiles.
Esto implica la ratificación de un hecho gravísimo para cualquier guerra. Ya se vio, lamentablemente, en la guerra entre Rusia y Ucrania. Los convenios internacionales son pisoteados a la hora de los hechos. Blancos civiles o humanitarios parecen no diferenciarse a la hora de ser "objetivos" de los puntos de bases o arsenales militares.
Esto es lo que se vivió en el hospital Soroka. El más importante del sur de Israel tuvo que ser, esta vez, el lugar para una evacuación desesperada de los internados. Ya no el sitio para curar a eventuales heridos del conflicto.
El director general del hospital, el profesor Shlomi Kodesh, explicó el miedo por lo que se vivió: "Un misil impactó en el viejo pabellón quirúrgico de Soroka. Es un edificio relativamente antiguo que había sido evacuado en los últimos días por prevención y ahora llegó un ataque directo".
Mientras la guerra escala en Medio Oriente, el mundo sigue atentamente lo que sucede en la Casa Blanca. Fiel a su estilo, Donald Trump, no resiste un archivo. Llegó por segunda vez a la presidencia ponderando el diálogo con Irán, justamente, por su plan nuclear. Pero de pronto, cuando Israel atacó a Teherán, Trump comenzó a advertir a régimen de los ayatolás por no haber cerrado un acuerdo que garantizara la paz. Luego lanzó una serie de amenazas no muy sutiles: "Nadie sabe qué voy a hacer. Puedo atacar o no".
Finalmente, el miércoles por la noche de Washington, la CNN informó que el mandatario "estudió" alternativas militares. Pero solo eso. No avanzó otro paso, que sería muy grave: involucrarse directamente en la guerra en Medio Oriente.
Por Roberto Adrián Maidana
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