El gobierno de Mauricio Macri tendió un intenso diálogo con varios países de la región no sólo para manifestar su preocupación y crítica sobre la crisis de Venezuela: la Argentina también evalúa por estas horas avanzar con un eventual pedido para aplicar la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA), lo que implicaría, de haber votos suficientes, la suspensión del país caribeño del ente multilateral.

Así lo refirieron a Infobae al menos tres funcionarios de alta jerarquía de la Casa Rosada pocos minutos después de que Macri llamó a "recomponer el orden democrático" en Venezuela y manifestó su "preocupación" por la disolución de la Asamblea Nacional de Venezuela.

La canciller Susana Malcorra mantuvo contacto con varios de sus pares de la región para avanzar en un frente común y eventualmente pedir el apartamiento del régimen de Nicolás Maduro de la OEA. Un destacado funcionario del Gobierno expresó a este medio que "se esta analizando con cada país el tema para que haya votos suficientes y no ocurra como en otras oportunidades donde no había voluntades para plantear a Caracas el cumplimiento de la Cláusula Democrática".

La decisión de Macri de ir más a fondo contra Venezuela se analizó luego de la reunión que el Presidente mantuvo con Lilian Tintori, esposa del dirigente venezolano Leopoldo López, detenido por su oposición al chavismo. Pero también Macri insistió en emplazar a Caracas luego de la disolución de las facultades de la Asamblea Legislativa por parte del Tribunal Supremo.

En el breve comunicado que emitió la Casa Rosada tras ese encuentro, el Presidente instó en "la necesidad de que se cumpla con un calendario electoral en el país gobernado por Nicolás Maduro". Macri se refirió así a la suspensión de elecciones para las alcaldías y de cargos legislativos.

Durante toda la tarde hubo reuniones en la Casa Rosada y en la Cancillería para evaluar la evolución de los acontecimientos. Se observaron posturas ambiguas en un primer momento y lecturas encontradas. Por ejemplo, el senador Federico Pinedo, que mañana viajará a Bangladesh para la reunión anual de la Organización Interparlamentaria Mundial, deslizó abiertamente que lo de Venezuela es "un golpe de Estado".  En este sentido, Pinedo fue de la idea de exigir en la OEA la Carta Democrática y apartar a Venezuela del organismo multilateral. Pinedo planteará en la reunión de parlamentarios del mundo una condena firme contra el régimen de Maduro que en diciembre pasado le impidió a legisladores argentinos el ingreso a Caracas.

Por otra parte, el ala política del Gobierno comandada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, también se inclina por dar una señal más contundente contra Venezuela. Y la canciller Malcorra se encuentra en una postura más dialoguista. Cree que no se debe cerrar las puertas a Venezuela y dejar abierto un canal de diálogo con la oposición y el oficialismo venezolanos. Pero en paralelo, y por instrucción de Macri, Malcorra estaría sondeando a sus pares de la región para ver si hay margen para pedir la Cláusula Democrática a Venezuela en la OEA.

Anoche la Cancillería emitió un comunicado en el manifestó que "el Gobierno argentino ve con gran preocupación la reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela que limita las facultades de la Asamblea Legislativa y restringe la inmunidad parlamentaria de sus integrantes elegidos por el voto popular".

La decisión del Ejecutivo de eventualmente avanzar con un apartamiento de Venezuela de la OEA es avalada por los diputados Elisa Carrió y Mario Negri, de Cambiemos, y Sergio Massa, del Frente Renovador, que consideraron que el cierre de la Asamblea Nacional en Venezuela por parte del Tribunal Supremo es un golpe de Estado.