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Terror en la Antártida: científicos viven atrapados con un agresor peligroso y piden auxilio
“Sigo profundamente preocupado por mi propia seguridad y me pregunto constantemente si podría convertirme en la próxima víctima”, dice un mensaje que llegó desde lo más remoto del Planeta. Como si fuera el inicio de una película de terror y de suspenso. Una trama que se desarrolla en un lugar del que es muy difícil salir o, en este caso, escapar.
Pero es la más pura realidad y sucede en la Antártida. El diario británico Sunday Times recogió una información que conmueve a los sudafricanos. Ese país tiene la base Sanae IV, con capacidad para 40 personas, a unos 4.000 kilómetros de distancia de ciudad del Cabo.
Uno de los científicos alojados allí envió una nota - sin darse a conocer - en el que dice que uno de sus colegas está desequilibrado. Su trastorno lo llevó a tomar conductas violentas y peligrosas por lo que dice que en cualquier momento puede producirse una desgracia. Por lo tanto, teme por su vida y la de sus compañeros.
Para peor, se termina el verano, comienza un clima duro y desfavorable para el contacto con el resto del mundo. En conclusión: se sienten atrapados, sin posibilidad de escapar y a merced de una persona muy peligrosa.
Peligro mortal en la Antártida
El mensaje enviado desde la base sudafricana despertó el temor en Pretoria, la capital de ese país. La Base Sanae IV lleva 27 años de trabajo en el continente blanco. Fue establecida en 1997, por Sudáfrica, en una proyección de 4.000 km sobre la Antártida desde Ciudad del Cabo.
Parece como un tren suspendido sobre una estructura para no quedar sepultado por la nieve y las tormentas que castigan la superficie de la Antártida, especialmente en invierno. Pero es moderna y tiene muchos elementos de la tecnología y comodidades para sus ocupantes. La base está preparada para recibir a 40 científicos al mismo tiempo.
Además, está ubicada en la cima del Nunatak Veslekarvet, un enorme acantilado cerca de la costa sobre el mar antártico. "Nunatak" designa a los picos en la Antártida y Veslekarvet es su nombre. La base SANAE IV se divide en cuatro componentes: ciencias físicas, ciencias de la vida, ciencias de la tierra y ciencias oceanográficas. Pero toda esa información paso a un muy lejano segundo plano.
Uno de los ocupantes de la base envió un delicado pedido de auxilio. Dijo que otro de los científicos, tiene severos problemas y trastornos de conducta. Es conocido el problema de adaptación que plantea la soledad que imponen las campañas antárticas que duran un año y muchas veces, en medio que condiciones ambientales muy desfavorables durante el invierno. Hay momentos del año en que se deben permanecer días enteros sin poder abandonar las instalaciones. Estar en el exterior es imposible para la vida humana (por más protección que se tenga).
En concreto, uno de los integrantes de la base, denunció que ha habido la agresión física a un colega - incluso una agresión sexual - y una persona ha emitido amenazas de muerte. Por eso, en su mensaje pide un inmediato auxilio porque teme por su vida y la de los demás.
“Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para garantizar mi seguridad y la de todos los empleados”, dice el envío que llegó primero a un diario sudafricano y rebotó en el Sunday Times de Londres. Y el pedido de una ayuda inmediata no solo se basa en el peligro de convivir con una persona descripta como tan perturbada y violenta. Se acaba el verano y la "ventana" de que dispone la Antártida para la conexión aérea y por barco con los otros continentes se cierra. Por lo tanto, lo que no se haga ahora, obligará a los ocupantes de la base a quedar aislados durante varios meses y pelear por su supervivencia con "el enemigo adentro". Como una película de terror, pero es la más dura realidad. El anónimo recibido por los medios denuncia que la persona tiene un “comportamiento cada vez más atroz” y que debe ser neutralizado y retirado de la base antes de que ocurra un episodio terrible.
Para que el mundo conozca como se siente, la persona que pide auxilio describió la vida en esas condiciones en la base Sanae IV: “Imagínese lo que es, estamos confinados y la gente a veces tiene el síndrome de la cabaña. Puede resultar muy desorientador". El problema es que cuando hay buenas condiciones climáticas, se necesitan aproximadamente dos semanas para llegar a la estación (Sudáfrica tiene un aeropuerto en otra base) y las condiciones meteorológicas actuales no permiten, por el momento, intervenir en la estación para resolver la situación.
Lo peor del caso, es que la persona que envió el mensaje y se siente en riesgo de vida, corre el riesgo de que ese "compañero" se entere al ver los medios por internet que lo han denunciado. No le será muy difícil deducir quien fue el autor de la nota y si realmente es una amenaza, comenzar a actuar con violencia contra él.
Por Roberto Adrián Maidana
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