Procesando. Por favor aguarde...
Murió Miguel Uribe Turbay: el brutal ataque sicario que le causó meses de agonía
Recibió un disparo en la cabeza mientras hablaba en plena calle en un acto político. El senador Miguel Uribe Turbay, de 39 años, murió luego de una agonía de dos meses, en las que estuvo internado en un hospital, luchando por su vida.
Era un candidato presidencial y su magnicidio no hace más que volver a poner en primer plano la violencia política vinculada, otra vez, al crimen organizado y el narcotráfico.
Fue baleado, con total impunidad, el pasado 7 de junio durante un acto de campaña en Bogotá. La Policía detuvo rápidamente a un joven, acusado de ser el sicario. Esto también demuestra que el crimen organizado tiene el poder y el dinero para hacer que jóvenes, en lugar de estudiar o trabajar, se pasen a las órdenes de estas bandas de criminales que se han reorganizado en Colombia.
La noticia de su muerte fue confirmada por su esposa María Claudia Tarazona, quien lo despidió con un sentido mensaje en redes sociales. Toda esta violencia no hace más que complicar la pésima administración del presidente Gustavo Petro, que llega a su fin en un periodo marcado por las crisis y los problemas hasta de corrupción con integrantes de su familia.
El asesinato del candidato presidencial Uribe en Colombia
Uribe, de 39 años, era senador y la principal figura opositora al presidente Gustavo Petro. De la conservadora formación política Centro Democrático, era la gran alternativa para el cambio de mando y de orientación política y económica para las próximas elecciones de Colombia.
Era un crítico de los planes de paz de Petro con las FARC. Los tildaba de mera cosmética y él quería un compromiso total con la vida democrática. Los sectores guerrilleros rebeldes debían deponer las armas. Tenía un método muy elogiado y hasta envidiado por muchos de sus pares en el Senado, heredado de una pasión de su juventud.
El ajedrez, una escuela de pensamiento y acción
Cuando era adolescente, Miguel Uribe Turbay pasaba cinco, seis, siete horas frente a un tablero de ajedrez. Estudiaba jugadas, escogía los mejores movimientos. Tal era su obsesión por la "jugada perfecta" que no se iba a dormir antes de que el problema que tenía frente a él no estuviera resuelto.
Quiso ser ajedrecista profesional, fundó una organización para difundir ese juego-deporte. Pero cuando fue adulto, cambió su vocación por la política. Pero allí llevó su tablero de ajedrez y, sobre todo, esa manera de pensar y planificar "jugadas". Ahora para conseguir dar "mate" en los debates de la vida de los problemas de Colombia. Ese pensamiento lógico, la memoria infinita, la disciplina, logrados con el ajedrez, lo acompañó siempre hasta el fatídico 7 de junio, en que lo balearon en un acto en plena calle.
Su fundación ponía especial atención en los jóvenes víctimas de la violencia que jamás desapareció en Colombia. Como cruel ironía del destino, fue un adolescente, de solo 15 años, a quien utilizaron como sicario para asesinarlo.
El mensaje de la viuda de Uribe: "Tendremos una segunda oportunidad"
La esposa del senador, que agonizó durante dos meses, envió un sentido mensaje a modo de despedida a Miguel Uribe.
"Siempre serás el amor de mi vida. Gracias por una vida llena de amor, gracias por ser un papá para las niñas, el mejor papá para Alejandro. Pido a Dios me muestre el camino para aprender a vivir sin ti. Nuestro amor trasciende este plano físico. Espérame, que cuando cumpla mi promesa con nuestros hijos, iré a buscarte y tendremos nuestra segunda oportunidad. Descansa en paz amor de mi vida, yo cuidaré a nuestros hijos".
El mensaje, que está acompañado de una foto de la pareja, muestra el compromiso personal del cuidado por los hijos en común y la promesa de reencontrarse de otra manera en una "segunda oportunidad para su amor".
Una vida familiar, marcada por el crimen narco
Uribe tenía solo cuatro años cuando un día le dio un beso de despedida como siempre a su madre. Ella, la periodista Diana Turbay Quintero, se despidió con un abrazo fuerte y salió de su casa. Iba a realizar una creyendo que iba a hacer una entrevista que podría ayudar a que los procesos de paz avanzaran en el país. La realidad era bien diferente.
Era una trampa: terminó secuestrada por el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria y fue asesinada. Miguel Uribe creció sin ella, pero con su inspiración. "Mi madre dio su vida por una causa. Y su causa se volvió mi propósito: lograr un país sin violencia", dijo en una ocasión el senador y precandidato presidencial.
La huella de su madre fue tan fuerte, que decidió lanzar su última campaña en Copacabana, Antioquia, donde la mataron. “El lugar en el que todo empezó para mí”, dijo. Su lema de campaña, es ahora una pesada demanda para la política y sociedad colombiana: “Vuelve la seguridad”.
Por Roberto Adrián Maidana
COMENTARIOS