En el este de Ucrania, las tropas rusas se están acumulando en previsión de una próxima ofensiva en el Donbás. Más al norte, cerca de la frontera con Rusia, la segunda ciudad del país, Járkov, está sometida a constantes bombardeos Las tiendas del lugar llevan varias semanas cerradas. Pero un puñado de restaurantes ha decidido reabrir en los últimos días, sobre todo para apoyar la moral de los habitantes que se han quedado. Un oasis en medio de la guerra.

En las calles muertas de Járkov, donde las tiendas están inevitablemente cerradas, la música resuena desde una puerta abierta. “Un pequeño paraíso aislado”, explica Lyuke. Sentado con su ensalada y su refresco, no esperaba encontrar un lugar así en una Járkov devastada por la guerra.

“No es tan seguro porque hay grandes ventanas de cristal que no están protegidas", constata. “Pero te sientes seguro, dejas de preocuparte durante unos minutos, el tiempo suficiente para disfrutar del momento”, explica.

El restaurante, frecuentado por la juventud de moda de Járkov antes de la guerra, llevaba cerrado desde el 24 de febrero. “Esto se debió principalmente a un problema de personal", cuenta Lena, la gerente del restaurante, "todos los camareros y cocineros habían huido al oeste del país. Pero ella se quedón, y hace unos días decidió dar un nuevo impulso a su barrio. "La gente debería encontrar este lugar seguro, más o menos”, aventura.

Fue el primer restaurante que reabrió sus puertas en el centro de Járkov, con precios reducidos para recuperar a los clientes. Es para sacarlos un poco de los refugios antiaéreos, Lena explica: "Nosotros también tenemos miedo. Nuestro segundo restaurante fue bombardeado. Pero la gente se sienta aquí. No oyen los sonidos de las explosiones porque la música está alta. Y esperamos que todo se arregle pronto”.