Río Grande.- José Lugo fue condenado en el año 2002, por el abuso sexual de una hija de 13 años, de cuyo traumático episodio, nació un niño, Uriel de la Cruz Lugo, actualmente privado de la libertad desde el mismo día en que conoció a su padre y abuelo - 26 de septiembre de 2021-, hechos, comprobados a través de un examen de ADN en el momento de aquel juicio. 

Axel Lugo, también privado de la libertad, es hermano, pero también tío de Uriel, y durante el debate, adujo en su ampliación de indagatoria que sentía determina responsabilidad por su hermano y sobrino, adoptándolo casi como un hijo, ante la ausencia de un padre violento y abusivo, que hoy, esta postrado en una cama del Hospital Regional Río Grande, en carácter de “paciente social”, porque ya está de alta médica. 

José Lugo, víctima en esta causa, pero victimario en la causa anterior, presenta una serie de enfermedades de vieja data que le producen “desgaste fisiológico”, y “deterioro cognitivo”. Durante su alegato, el abogado Orlando Amarilla expuso que, si Lugo hubiera recibido la atención necesaria, “hoy estaría sentado en esta silla, declarando lo que pasó”. 

El abogado, explicó ante el Tribunal, compuesto por la jueza Verónica Marchisio, Eduardo López y Juan José Varela, la situación de vulnerabilidad y la historia de vida de al menos dos de sus defendidos, Axel y Uriel, a quienes calificó como “resilientes”, tal como lo indicó el médico Forense, el Dr. López Artazo. 

Respecto a Emiliano Ralero, también pariente de los jóvenes, de acuerdo al alegato de la defensa, estaba fuera del domicilio. 

En el último trato de su alegato, el abogado Orlando Amarilla expuso: “El origen de todo lo que estamos hablando, está en esta sentencia –haciendo referencia a la causa contra José Lugo por abuso sexual-. Mal padre, torturador, abusador, desamparó a Uriel, porque lo dijo, que muchas veces estuvo en la calle. Entonces, aquí está el origen a lo que hoy está tratando de encontrar una resolución justa. Y fíjense hasta donde llega la maldad de quien hoy es víctima que, Uriel, etimológicamente significa “hombre iluminado por Dios”, porque su madre había padecido siendo menor de edad los abusos de su padre, entonces quiso bautizarlo con un nombre que lo ilumine. José Lugo lo condenó a Uriel de la Cruz, porque desde que nació está llevando sobre los hombros la cruz de una acción que fue punible, pero José Lugo nunca lo busco para pedirle perdón, por esta condena que le hizo”. 

Este viernes a las 10 para convocar a los imputados a expresar últimas palabras, antes de dar a conocer el veredicto.